¿Cuántas versiones de ti existen?
¿Te has preguntado cuántas versiones de ti mismo existen?
La versión que fuiste cuando eras niño, curioso, libre, sin filtros.
La versión que nació el día que te rompieron por primera vez.
La versión que te encantó ser.
La que te dio vergüenza recordar.
La que te impulsó a cambiar.
La que dejaste atrás.
Y la que todavía estás intentando descubrir.
Cada quien ve una versión diferente de nosotros
Nuestros papás nos ven de una manera.
Nuestros amigos, de otra.
Nuestra pareja, nuestros compañeros, incluso un desconocido…
cada uno proyecta sobre nosotros sus ideas, miedos, deseos y expectativas.
Todos creen conocernos.
Pero en realidad… están viendo una versión distinta de quienes crean que somos.
Alguien puede verte como inteligente, otro como difícil, otro ni siquiera se detendrá a verte.
Y nada de eso habla de ti, habla de ellos.
Carl Jung lo dijo así:
“Todo depende de cómo vemos las cosas, y no de la forma en que son en sí mismas.”
Lo que ven en ti, es también una proyección de lo que hay en ellos
Las personas no te ven como eres, te ven como pueden verte.
Desde sus heridas.
Desde sus referencias.
Desde sus creencias.
Y tú también haces lo mismo.
Idealizas.
Te ilusionas.
Te decepcionas.
No porque alguien te haya fallado…sino porque esperabas algo que esa persona nunca prometió ser.
El contexto lo es todo
No eres la misma persona en todas partes.
Con tus papás eres una versión.
Con tus amigos, otra.
En el trabajo, otra.
Y en soledad… tal vez la más honesta.
No es falsedad.
Es adaptación.
Entonces, si cada persona percibe algo distinto…
¿Cuál versión es la verdadera?
Tres versiones de ti en cada relación
Quien el otro cree que eres.
Quien tú crees que eres para el otro.
Y quien realmente eres.
Ninguna está completamente bien.
Ninguna está completamente equivocada.
Solo son perspectivas.
¿Y si dejamos de obsesionarnos con cómo nos ven?
Pasamos la vida tratando de encajar en las imágenes que los demás tienen de nosotros.
Pero lo que otros piensan es:
Interpretación, no verdad.
Percepción, no realidad.
Y la verdad es esta:
Al final del día, nadie sabe exactamente quién eres.
Y probablemente tú tampoco.
Porque sigues cambiando.
Sigues creciendo.
Sigues descubriéndote.
Lo que creíste que eras ayer… hoy ya no se siente tan cierto.
La única versión que importa
La forma en la que te ves a ti mismo define tu camino.
Pero incluso esa versión está moldeada por:
Tus miedos.
Tus inseguridades.
Tus deseos.
Entonces pregúntate:
¿Cuánto de lo que crees de ti es real?
¿Y cuánto es solo una idea que creaste para protegerte?
¿Y si nunca vamos a tener una “versión final”?
Tal vez el desafío no sea llegar a la mejor versión, sino aceptar que siempre estaremos en construcción.
Que hay partes tuyas que aún no conoces.
Que eres contradicción.
Eres cambio.
Eres evolución constante.
No necesitas encajar en una sola definición.
Puedes ser muchas cosas al mismo tiempo.
¿Y si la verdadera libertad está en soltar?
Soltar la necesidad de ser entendido.
Soltar el deseo de ser aprobado.
Soltar la obsesión de parecer algo ante los demás.
Porque nadie puede verte completo, igual que tú no puedes ver a otros completamente.
Y tal vez ahí está la clave:
Aceptar que nadie podrá entendernos del todo…
y aun así elegir vivir con autenticidad.
Recuerda
No eres solo una versión.
No eres solo lo que otros creen.
No eres solo lo que tú piensas de ti.
Eres historia.
Eres posibilidad.
Eres cambio constante.
Mientras sigas cuestionándote, creciendo y buscándote,
seguirás construyendo nuevas versiones de ti.
Aunque nunca termines de entenderte por completo.
Gracias por leerme.
Gracias por todas las versiones que has sido.
Gracias por seguir caminando, aunque estés en proceso.
